Andrea Di Castro              Conferencias / Papers

LA VENTANA AL MUNDO SE HACE MÁS GRANDE

Andrea Di Castro / 2012.

La ventana al mundo se hace más grande...

Me da la impresión que el mapa del Imperio descrito por Borges[1] y el universo de imágenes que nos rodea, cada día tienen más coincidencias.

Así como los cartógrafos, rescatados en el profético cuento de Borges, fueron perfeccionando su oficio, hasta lograr en sus mapas una relación de escala  1:1, el universo de las imágenes en movimiento está siguiendo un camino parecido. Tienden a mostrarnos una realidad 1:1, lo que es un concepto bastante complejo, si tomamos en cuenta la individualidad y a la "realidad" como ese conjunto de realidades individuales.

Hoy, las imágenes en movimiento nos rodean en forma invisible, todo el tiempo y en todas partes. Son visibles, desde luego, sólo si tenemos el hardware necesario y eventualmente los códigos de acceso. Hoy en día, las imágenes se organizan en forma inteligente para adecuarse a nuestras preferencias, son conscientes de quién las está viendo y actúan en consecuencia. También hay una correspondencia muy estrecha con  la metáfora de una ciudad[2]: hay espacios e imágenes públicas, privadas y semi-privadas.

En esta era, el universo de las imágenes en movimiento es tan amplio que comprende, no sólo a las imágenes de la televisión, sino que también a aquellas que corresponden a una multiplicidad de visiones que podemos encontrar en la red: momentos de historias personales, opiniones y puntos de vista, incidentes, sucesos, poesías visuales, recetas, mensajes, sugerencias, anuncios, prácticamente cualquier cosa que podamos imaginar. Cada persona puede tener su propio canal de televisión. Este universo de imágenes está formando un conocimiento colectivo, una memoria colectiva, una historia colectiva. Aún más allá de los videos elaborados por los seres humanos, este universo contiene también una constelación de imágenes en movimiento que se expande como el Big-Bang, provenientes de las cámaras de seguridad instaladas alrededor del planeta.

Como ejemplo de esta expansión del universo de las imágenes en movimiento, basta pensar que en el sexto aniversario de YouTube, en mayo de este año, las estadísticas indicaban que se estaban subiendo al sitio un total de 48 horas de video por minuto, el doble que una año antes, con un total de tres mil millones de vistas diarias.[3] Esto me hace pensar en la película de Wim Wenders, "Hasta el Fin del Mundo", en donde los personajes caen en una adicción, la de ver sus sueños, en un ciclo sin fin de creación y consumo de imágenes, situación bastante parecida al mapa del Imperio descrito por Borges.

Frente a todo esto, la televisión se mueve aparentemente en un rango más limitado. Lo que se muestra en la pantalla proviene de la cuidadosa selección que, tradicionalmente, han hecho los grandes monopolios de los medios, y que corresponde inevitablemente a una visión del "deber ser" y  a intereses bien precisos. Es una visión del poder, compuesta por el triunvirato de los poderosos de los medios, de la política y de la economía, que son los que lo controlan todo, que quieren "diseñar" al ciudadano perfecto y en donde la noticia es parte del entretenimiento.

Los discursos de la TV se desarrollan en un tiempo determinado, tienen un principio y un fin. En la banda de VHF/UHF son dirigidos en forma geográfica, por sus características de información radiada. En el panorama de los medios contemporáneos podríamos decir que su futuro es incierto.

Sin embargo, actualmente, la televisión sigue siendo un medio que tiene un impacto considerable en la opinión y también sigue siendo una forma importante tanto de conexión con el mundo como, a la vez, paradójicamente, de desconexión con el mundo: ver la televisión representa una forma importante del empleo del tiempo libre en gran parte de la población. Actualmente, en los países de Europa, en Estados Unidos y Australia, podemos ver que hay un promedio de 22 horas de asistencia frente a la pantalla de TV por persona en una  semana.[4]  Hay eventos que concentran la atención simultánea de una parte considerable de la población, como por ejemplo las Bodas de William y Kate, que reunieron simultáneamente a más de 2,000 millones de personas.

En Internet, por otro lado, se estima un tiempo de navegación promedio de 15 horas por usuario a la semana. Otros estudios hablan de 32 horas mensuales por persona en Estados Unidos.[5] Hay que considerar que no necesariamente este tiempo es empleado como forma de distracción, ya que el tiempo de conexión a Internet es utilizado en un espectro muy amplio de actividades que van desde la realización de compras en línea, distribución de materiales audiovisuales, información en los campos de estudio, información en cuanto a noticias, relaciones sociales, y es la forma de trabajo de muchas empresas. Esta forma de trabajo ha sido un disparador de un cambio radical en la economía mundial y se ha desarrollado en forma acelerada, exponencial.

Pero el desarrollo de la televisión también ha sido impresionante, técnica e ideológicamente. Por el lado de la proveniencia de la señal, su radio de acción ha salido de las limitaciones geográficas de la señal VHF/UHF y de la televisión por cable, integrando las señales de satélite y ahora el Internet. Es global. En apenas sesenta años se ha construido un universo impresionante de ofertas y modalidades audiovisuales. Pero lo más importante es que no sólo la televisión nos ha dicho como emplear nuestro tiempo libre, sino que poco a poco se ha metido en nuestras casas, nos ha dicho como vestir, qué comer, cómo comportarnos, qué posición tomar en los hechos de la vida cotidiana, cómo pensar.  El ser humano es diferente después de la llegada de la televisión.

La televisión también ha cambiado nuestra visión de la historia. Desde que se integró la fotografía en la prensa, en los periódicos y las revistas, fue posible ponerle una cara a los personajes que hacen la historia y mostrar los eventos en una manera “objetiva”. Supuestamente, el hecho de que una nota o un artículo, fuera acompañado de una fotografía, le daba un carácter de veracidad. Lo mismo sucede con la televisión, hay una aparente "objetividad" en todo lo que muestra.

Es en el  campo del arte, de la cultura y de la educación, en el que la televisión todavía puede lograr mucho. Hay que redoblar esfuerzos para que las televisoras públicas, de tipo cultural, y las que pertenecen a universidades puedan albergar todo tipo de experimentos visuales y educativos,  hacer de  la televisión un espacio alternativo para la expresión,  ya que puede arriesgarse más que los espacios tradicionales debido a que no hay intereses económicos en juego. Hay que tener presente que la televisión ha promovido la división y el rencor entre las clases sociales, creando anhelos y aspiraciones superfluas,  orientando a la economía hacia el consumo de bienes no necesarios, dirigiendo nuestra manera de pensar. También ha influido en toda una diversidad de sentimientos, como la vida, la muerte, el amor, etc. El ser humano es diferente frente a estos sentimientos después de la llegada de los medios audiovisuales. Creo que es en la educación y la cultura en donde la televisión tiene la magnífica oportunidad de redimirse.

Desarrollo de un lenguaje.

Hay varias fases en el desarrollo del lenguaje de la TV, hasta como la vivimos ahora y esto siempre sucede en la historia de todo medio. Pensemos, por ejemplo, en el desarrollo del cinematógrafo, un antecedente cercano e importante de la televisión: lo que vemos en su crecimiento temporal con respecto a la articulación de un lenguaje, son, al principio, los planos abiertos, fijos, con la acción que se desarrolla en el cuadro, muy teatral, como en las primeras películas de los hermanos Lumière, de Thomas Alva Edison y de George Méliès; luego viene el cambio de planos y movimiento de cámara, como en las películas de David W. Griffith, lo que abre nuevas posibilidades narrativas; posteriormente viene la inclusión de la banda sonora, del color, de los experimentos con la visión estereoscópica, etc. y , por que no, inclusive la posibilidad de  interacción, como en el Kino-Automat Theatre, de Raduz Cincera, presentado en el pabellón de Checoslovaquia Expo '67 en  Canadá, que mostraba   un   film de 45 minutos en donde la participación del público era fundamental para el desarrollo de la película. Televisión y cine, en ese sentido, siguen un camino parecido, aunque la televisión es como un eco, un delay del cine, está desfasada en el tiempo con respecto a éste.[6]

Digo que el cinematógrafo es un antecedente importante de la televisión, porque también es, en cierta forma, una manifestación de una visión a distancia, que puede ser tanto geográfica (vemos algo que está en otro lugar) como, necesariamente (por el tiempo empleado para el revelado y otros procesos fotoquímicos), temporal.

Precisamente, la palabra televisión se refiere, conceptualmente, al fenómeno de la visión a distancia, más que al espectáculo. Este conjunto de tecnologías, al que llamamos televisión, nos abre la posibilidad de ver algo en un lugar diferente en el que estamos. Curiosamente comparte este concepto y a la tecnología del cinescopio[7], con el radar, aparato que también nos permite "ver", en cierta manera, algo que está distante. De hecho, el proyecto norteamericano de desarrollo de la televisión, se vio interrumpido durante la Segunda Guerra Mundial porque las fábricas de cinescopios se dedicaron a producir pantallas de radar.

En su inicio, como también ocurrió con el cine, el lenguaje de la TV fue más parecido al teatro. Podemos llamar a esta fase pre-videotape. Como no era posible grabar la señal de video,  las primeras transmisiones eran en vivo, se desarrollaban en teatros y el evento transcurría en simultaneidad de tiempos con el espectador, aunque, a diferencia del teatro, el espectador no compartía el espacio con el actor. El telecine - aparato usado para traducir a video la película de cine - permitió trasladar a la audiencia a otro lugar, pero no con simultaneidad de tiempos. Es decir el tiempo en el que el espectador veía las imágenes era posterior a su toma.

La llegada del magnetoscopio, inventado por Ampex en 1956, cambia definitivamente el rumbo de la televisión. Este aparato, permitía grabar las señales de video, para eventualmente editarlas y transmitirlas posteriormente. Esta es una transformación muy significativa en la televisión, al permitirle una posibilidad que sólo era privilegio, hasta ese entonces, del cine. Hay un cambio conceptual profundo: ya no es obligatoria la simultaneidad de tiempos, el de los eventos con el del espectador. El manejo electrónico de la señal grabada en video, además, marca el inicio de una serie de tecnologías propias de la televisión, como el chroma key, la generación de textos, el empleo de gráficos, etc., todas estas tecnologías que, adaptadas al manejo de la imagen digital, fueron "exportadas" a la post-producción cinematográfica. Con el magnetoscopio nace también el término video, referido a las imágenes en movimiento grabadas, que también es una forma de tele-visión, tanto espacial como temporal.

Otra etapa importante de la TV se da con la llegada del control remoto, que empieza a integrarse a los equipos de televisión, debido al gran número de canales disponibles y al desarrollo de la idea de la comodidad, es decir no tener que pararse del sillón. Es una primera forma de interacción con el universo de las imágenes que estaban a la disposición del espectador. El control remoto le otorga un poder al televidente, que antes no tenía: cambiar de canal. Esta facilidad para el cambio de canal influyó decisivamente en la calidad y la diversidad de programación que hoy tenemos. Las funciones del control remoto evolucionan con el tiempo y se extienden a otros campos de la televisión: la programación de eventos sobre demanda y la televisión interactiva.

Otra aproximación para un análisis en el desarrollo de la televisión podría resumirse como la supremacía de la realidad sobre la ficción. "El espectáculo del conflicto armoniza los contrastes y reduce la tensión" [8]. Aunque esto, a través de los noticieros, siempre había sido posible, hoy, por la facilidad de los enlaces satelitales, se da en forma frecuente: las cámaras de televisión pueden llegar muy rápidamente al lugar de los eventos y transmitir "en vivo". Podemos estar donde acontece la noticia, cada día, en forma más contundente e inmediata.

Si le añadimos a esto la visión de las cámaras de seguridad, instaladas alrededor de las principales ciudades del planeta, este "poder ver" se extiende mucho más, en cuanto a  superficie (el espacio abarcado por las cámaras) y tiempo (las cámaras están funcionando 24 horas al día, todos el año). Las imágenes provenientes de las cámaras de seguridad amplía por lo tanto, el concepto de realidad que llega a nuestras pantallas y nos han dado la oportunidad, en muchas ocasiones, de ver los hechos cuando ocurren, y cómo ocurren. Es una forma muy particular de ver los acontecimientos, con una distancia que muestra en forma fría los eventos que suceden frente al lente. Es una forma extraña de "ver" las cosas, porque normalmente es poco lo que vemos, por los planos muy amplios y la poca resolución de las cámaras.

Con los sistemas de vigilancia es como si toda gran ciudad del planeta se fuera convirtiendo en una gigantesca cámara de televisión. Otra vez la metáfora del Mapa del Imperio citado por Borges se hace presente.

 

La experiencia de la televisión.

Otra aproximación al fenómeno televisivo es la experiencia del espectador, enfocada tanto por el lado del espectáculo como por el de la percepción. Creo que esto tiene su relevancia porque hablar de televisión está en función de los intereses personales y en términos muy subjetivos, ya que, generacionalmente, la concepción, uso y disfrute de este medio está condicionado por cómo lo hemos vivido. Como parte de la generación de los “Baby boomers  y nacido en Europa, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, mi experiencia con la televisión es muy diferente a la de un joven contemporáneo, que nació con la TV e Internet como parte de su entorno.  El aparato de televisión entró a la casa, como en la mayoría de los hogares italianos, con motivo de los juegos olímpicos de 1960. En ese momento existía un solo canal (RAI) manejado en forma de monopolio de estado, y había que pagar la suscripción anual para poder verlo. Las barras de programación eran muy evidentes: cultura, educación, política, noticias y entretenimiento. Pocos eran los espacios para los niños y los jóvenes, podríamos decir que era una televisión hecha por y para los adultos. La austeridad era una característica de la vida cotidiana de ese momento.

Años más tarde, en México , en Julio de 1969, la televisión me permitió ver la caminata de Neil Amstrong y  Buzz Aldrin  en la Luna[9].  Creo que la misión Apolo 11 de la NASA es uno de los momentos más significativos en la historia de la televisión.  No sólo por unir en el mismo momento a miles de millones de televidentes, sino por enviar una señal a casi 400,000 kilómetros de distancia, mostrando los eventos que sucedían y que hacían posible lo que miles de visionarios, en sus fantasías, habían imaginado: viajar a la luna. [10]

Creo que el poder estar en todas partes, cosa que nos permiten la televisión y ahora el Internet, es lo que nos ayuda a reducir las diferencias ideológicas y culturales, nos da un entendimiento diferente del otro y de la diversidad. Este cambio de percepción está acompañado de una sensación de globalidad y de que el mundo se hace más pequeño, de que es asible, y de que existe porque hay una serie de imágenes de él, que llegan hasta nosotros.

 

La aportación de México a la televisión.

En México el desarrollo de la televisión fue muy diferente a como se dio en Europa: la cercanía con los Estados Unidos implicó un modelo de libre empresa más que uno de control estatal sobre este medio de comunicación. Un gran monopolio (TELEVISA) creó un modelo de televisión nacional. El Primer canal de TV comercial que se inaugura en México es XHTV canal 4, en 1950 y a partir de esta fecha hay un rápido crecimiento de los canales y de la infraestructura nacional.[11] Por esta proximidad con los Estados Unidos, México pudo emprender un proyecto de televisión privado sólido, desde el punto de vista tecnológico. En un inicio, y durante varias décadas, la televisión se centra en hacer de la pequeña pantalla  un espacio de reunión familiar, crear un momento de convivencia, concepto de gran importancia si tomamos en cuenta que la gente debería permitir el ingreso de la TV en sus hogares. Es el esquema que sigue vigente en los dos grandes monopolios de televisión abierta que hay en México: Televisa y TV Azteca.

Aunque parezca extraño, en México sucedieron eventos trascendentales para el desarrollo de la televisión, tanto desde el punto de vista tecnológico como en los formatos televisivos.

Desde el punto de vista tecnológico, las investigaciones del ingeniero Guillermo González Camarena (1917 - 1965) fueron muy importantes para el desarrollo de la televisión mexicana. Desde 1934, a la edad de 17 años, ya estaba familiarizado con la tecnología necesaria para construir cámaras de televisión, realizando su primer equipo partiendo de cámaras de deshecho. A los 23 años, entre 1940 y 1941, patentó su Sistema Tricromático Secuencial de Campos, una tecnología que se adaptaba al sistema convencional de receptores en blanco y negro para obtener una imagen a color. En 1942 logra sus primeras transmisiones experimentales de televisión desde su casa. En 1946 XE1GC transmite en forma experimental; es la primera estación de televisión en Latinoamérica. En 1960 lograba obtener las primeras transmisiones a color. Veía en la televisión una poderosa herramienta para la educación y la difusión de la cultura. González Camarena muere en 1965 en un accidente automovilístico. Este hecho ha dejado abiertas una serie de especulaciones, sobre si, en su muerte, estuvieron involucrados intereses relacionados con sus patentes. Más allá de esto, queda la incógnita si en verdad hubiera sido posible adaptar los receptores existentes en ese momento, en blanco y negro, para la obtención de una imagen a color. Su trayectoria como inventor nos hace pensar que si era posible, pero tal vez no muy viable, como ha sucedido a lo largo de la historia con innumerables inventos.

Por otro lado, en el campo de los géneros televisivos, en México, como en otros países  latinoamericanos, se desarrollaron las telenovelas, episodios de televisión que son transmitidos diariamente, de lunes a viernes, por periodos que van normalmente de seis meses a un año. La telenovelas captaron la atención de las familias mexicanas con ese novedoso formato de entrega por episodios, que parece una adaptación al nuevo medio de las experiencias de radionovelas por capítulos, que se había originado en Cuba.

Estamos hablando del final de los años 50s y de telenovelas que se transmitían en vivo. Como eran escasos los receptores de televisión, la gente se reunía en casa de quien tenía uno, para seguir, capítulo por capítulo, el desenlace de la historia.

La entrega por episodios de una historia, causaba una adicción a la pantalla de televisión. Este género ideológicamente es muy importante, marca una diferencia muy significativa entre el concepto del receptor, que pasa de ser público (en general) para dirigirse en especial a la familia. En este esquema de comunicación la TV comparte la intimidad de la familia,  y al permitírsele que entre en casa, se permite también la adopción de los valores que promueve. Por eso muchos de los valores que se manejan en familias provienen de la televisión. También por esta razón se aprovechó a las telenovelas, por su popularidad y aceptación en todos los estratos sociales, para hacer diversas campañas de educación. 

Otra aplicación muy particular y de gran importancia de este medio, han sido las experiencias comunitarias de  televisión, como por ejemplo las que se dieron a principio de los años noventa en la población indígena mexicana. Hay que tomar en cuenta que muchas comunidades indígenas, tienen sus propios usos y costumbres, y  consecuentemente, una visión muy diferente de lo que puede ser la televisión. Se estima que en México 6.6 millones de habitantes hablan una lengua indígena, así que tienen su importancia este tipo de aplicaciones.

Una experiencia en este uso de la televisión fue la de la Comisión de Autoridades Chinantecas y Zapotecas, en el estado de Oaxaca, en donde se utilizó al video para mostrar los trabajos comunitarios a las personas que residen, principalmente, en Estados Unidos y que, conforme a las tradiciones, deben prestar su servicio a la comunidad. Como están fuera, trabajan de braceros en varias ciudades de Estados Unidos, tienen que pagar para que alguien haga el trabajo que les corresponde. El video les permite ver cuales son los trabajos que se hicieron y cómo se realizaron. También el video sirve para hacerles llegar las imágenes de las festividades y celebraciones de su comunidad.

Después de este uso, diversas personas de la comunidad se capacitaron para mejorar su producción de video, en aspectos técnicos, en las tomas y en la post-producción. En algunas comunidades se adaptaron transmisores de TV de baja potencia y se emplearon los alambres de púas - normalmente usados para contener al ganado -como antenas transmisoras y de esa manera hacer que la señal llegara a las casas dispersas de la comunidad. Con motivo de los eventos del quinto centenario del descubrimiento de América, recibieron un premio que emplearon en equiparse mejor para hacer sus videos.

 

Televisión educativa  y cultural

Creo que las experiencias de televisión en el campo de la educación y la cultura, son las más interesantes en cuanto a la aplicación de esta tecnología con un fin práctico, de gran impacto social. Es donde la televisión puede ayudar, en forma eficaz, a reducir el rezago que existe en este campo, mejorando así las condiciones de vida de la población.

En México, la utilización de la televisión para educación  formal, surge con el proyecto de Telesecundaria, creado en 1968, en donde se impartían clases a través de la televisión. Esto implicó crear una red de  teleaulas, lugares que cuentan con un aparato de televisión, y en donde los alumnos reciben la información, que en un inicio del proyecto era transmitida por televisión abierta.  En la actualidad, el proyecto de Telesecundaria  cuenta con una señal satelital, el sistema EDUSAT, que ha permitido diversificar la programación educativa y ampliar su radio de acción. Esta gran red del sistema de educación a través de tele-aulas, ha promovido que el estado se haya hecho de una infraestructura, inclusive satelital, que permite la producción y difusión de contenidos educativos en los lugares más remotos del país.

En el proyecto de Telesecundaria vemos como la televisión permite que la educación pueda llegar a lugares remotos, apoyando a la educación en general con diversos materiales audiovisuales complementarios para las clases.  Existen actualmente 17,000  Telesecundarias que atienden anualmente a 882,000 mil alumnos.

El ILCE,  Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa, creado en 1956, reside en México y se dedica, además a la gestión del sistema satelital EDUSAT, a la elaboración de otros proyectos educativos, como Enciclomedia, en donde se integran a la enseñanza materiales interactivos, en un inicio para los programas de educación básica. Es una evolución importante en el campo del proceso enseñanza - aprendizaje, ya que deja atrás a la televisión en cuanto a la eficacia en la transmisión de contenidos educativos. Un antiguo proverbio chino dice:

"Oigo y olvido

Veo y recuerdo

Hago y entiendo"

refiriéndose a una secuencia de los procesos de aprendizaje: auditivo, audiovisual e interactivo. Creo que esto explica muy bien las posibilidades que ofrece la interacción, que permite la obtención de contenidos correspondientes a las necesidades de información del usuario, "hago y entiendo", una ventaja sobre los documentos lineales que ofrece la televisión educativa, "veo y recuerdo".

Esto es lo mismo que sucede en la red: cualquier problema que tengamos puede tener una, o más bien varias respuestas. Estamos viviendo una conjunción de medios que es un espacio público, abierto a contribuciones, plural; es la materialización de tantos anhelos y esperanzas, propuestas que fueron fruto de muchas discusiones de cómo hacer de los medios un espacio de participación colectiva.

La red EDUSAT permitió, desde 1995, comunicar las experiencias que estábamos teniendo en el Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes, con otros centros educativos del país. De esta manera, a través de teleconferencias, en vivo, compartíamos las ponencias y seminarios que nuestros invitados daban en nuestro salón de clases improvisado como estudio. Las paredes del salón de clases se extendían más allá del espacio físico y estábamos creando las primeras experiencias del "salón expandido", que permitían, a otros centros educativos del país, no sólo escuchar sino participar en las conferencias de Erik McLuhan, Derrick de Kerkove, Norman White, Simon Penny, David Rokeby, y muchos otros ponentes nacionales e internacionales.[12] 

En las iniciativas estatales en el campo de la educación y la cultura,  en México, a principio de la década de los años 80s, se integró un grupo de cineastas y videoastas, para participar en la producción televisiva cultural mexicana. Muchos fuimos los involucrados en este cambio de visión que se dio a través de la UTEC (Unidad de Televisión Educativa y Cultural) y es lo que permitió una visión diferente de cómo aproximarse a estos temas en forma creativa. Esto permitió, en los años sucesivos, tener un grupo de realizadores de televisión que crearon un lenguaje híbrido, entre la experimentación, la ficción, y el documental, que resultaba más atractivo para tratar este tipo de temáticas educativas, que generalmente el público consideraba aburridas.

Hay que tomar en cuenta que el presupuesto para la elaboración de este tipo de programas era muy escaso, además de que los tiempos acelerados que implican una serie al aire de TV no permitían una adecuada planeación y los tratamientos necesarios para obtener un producto bien acabado en tan solo tres días de rodaje. Esto nos obligaba a desarrollar técnicas creativas, con pocos recursos, empleando un lenguaje no tan formal como lo hacen normalmente en este tipo de programas.

Hasta mediados de los años 90s no faltó trabajo para los productores independientes dedicados a la educación y a la cultura. El presupuesto destinado para este tipo de programas, se ejercía en México, con productoras locales. Era una fuente importante de trabajo para los videoastas. Sin embargo, podemos decir que en los últimos diez años, debido a la proliferación de series culturales extranjeras, realizadas con presupuestos muy grandes (tipo Discovery, NGO, BBC, History Channel, etc., etc.), las televisoras culturales optan por comprar los derechos de transmisión de estos programas, en lugar de producirlos localmente, reduciendo así, además de las fuentes de trabajo, también la producción de videos que permitan una experimentación y enfoques menos tradicionales.

Esto sucede en las diversas instancias de televisión de corte cultural y educativo que hay en México. Actualmente, el estado, es decir la federación, cuenta con dos canales culturales, el Canal 11 (VHF), canal del Instituto Politécnico Nacional, inaugurado en 1959, y el Canal 22 (UHF), dedicados prácticamente a aspectos culturales y educativos, además de las redes estatales, que son locales, enfocadas también a esta misión. También la Universidad Nacional Autónoma de México cuenta con un canal, TVUNAM, que aunque no tenga una salida en TV abierta, produce una gran cantidad de material educativo y cultural. Sin embargo podemos decir que la audiencia interesada en este tipo de programación, sigue siendo muy limitada y por tanto el radio de acción de este tipo de televisoras, educativas y culturales, es muy corto, y poco viable financieramente, especialmente si se toman en cuenta factores como son el del costo de la programación comparado con la población beneficiada. Su programación puede ser calificada de "aburrida" por todas aquellas personas que buscan en la televisión un espacio para desconectarse de las preocupaciones de la vida diaria. Resumiendo: gran parte del presupuesto de estos canales culturales, manejados por el estado, es empleado en la compra de series culturales producidas en Europa o Estados Unidos, en lugar de fomentar localmente la producción de este tipo.

La audiencia interesada en emisiones de corte cultural, busca su programación en otro lado. Recientemente CISCO publicó un estudio sobre la utilización de Internet en la población menor de 30 años, donde muestra, por ejemplo que casi de la mitad de los estudiantes encuestados sobre el uso de Internet, consideran a este medio tan indispensable para su subsistencia, como la comida, el agua y el aire. [13] Es su principal fuente de información para sus estudios. Es un hecho que hoy, el uso del tiempo libre, y en particular el de los jóvenes, ya no se vuelca hacia la televisión. Sus intereses, su relación con el mundo, se da principalmente en la red. La diversidad de información que se puede encontrar ahí y el hecho de que lo que queremos ver sea acorde a la curiosidad de un momento específico ponen en gran desventaja a la televisión. Por otro lado, tanto las películas y documentales son accesibles en formatos de DVD lo que permite que se puedan ver en el momento que uno quiera y no están sujetas a una programación que nos obliga, a determinada hora, estar frente al aparato. Además está el hecho de que en la mayoría de los canales de TV, el material que se presenta es interrumpido para la presentación de comerciales. Estos factores, creo que son determinantes para explicar la disminución de la presencia frente a la llamada “pequeña pantalla”, que gracias a las tecnologías contemporáneas, ya no es tan pequeña.

 

Arte, videoarte y experimentación en televisión

Desde sus inicios, la televisión ha permitido la experimentación en sus pantallas: muestra de ello son los trabajos de Wolf Vostell y de Nam June Paik en 1959, en donde daban instrucciones a los televidentes. Es la época de la televisión que podríamos llamar "pre-videotape", que implicaba la simultaneidad de tiempos entre lo que sucedía en el estudio y los telespectadores.[14] Es interesante notar que las experiencias pre-videotape de los artistas Vostell y Paik tienen cierto tipo de interacción con el público o con el aparato de televisión.

Otra muestra importante de este tipo de posibilidades,  fue en los años 70s, la obra Limbo, con coreografía de Alvin Nikolai, realizada por Ray Abel y Herb Gardener, para la CBS-TV; es una coreografía en donde se empleó el chroma key, efectos de switcher y diversas pistas de videotape, para la obtención de un ambiente con una gran cantidad de capas de imágenes y de colores intensos. Fue una obra especialmente diseñada para la integración de las posibilidades de post-producción que la televisión ofrecía en ese momento.[15]

Sin embargo estas experiencias son contadas y se dieron básicamente en Europa y en Estados Unidos, donde se cuenta con canales que tienen barras enfocadas a este tipo de programación. En México también hay algunas experiencias en este campo, como la que se dio en la cadena Imevisión, a través de su canal 7, en los años 90, que integró en su programación al artista conceptual y maestro del performance, Melquíades Herrera (1949-2003), para que, en el programa de TV matutino, La Caravana, dirigido principalmente a amas de casa, realizara una serie de eventos en vivo.

Por otro lado, el proyecto de televisión de las “Líneas del Tiempo” [16] , coproducido con TVUNAM, la unidad de producción de televisión de la Universidad Autónoma de México, trató de construir un formato entre lo que es el viaje, la bitácora, la información y una estética del paisaje. Fue un experimento que trató de presentar, en una serie de 13 programas de 27 minutos cada uno,  los recorridos que yo tenía que hacer para el desarrollo de mi trabajo de “Land Art”, que consistía en hacer una serie de trazos virtuales a gran escala, inspirados en los petroglifos que se encuentran en esos lugares, y, aprovechando este recorrido, se mostraba la diversidad biológica que tiene el planeta y los maravillosos paisajes que encontrábamos en estos viajes.  

Tal vez fue un proyecto ambicioso, por los pocos recursos financieros con que se contaba, sin embargo fue muy divertido; el experimento se pudo realizar y fue interesante el aprendizaje que tuvimos, tanto el equipo de grabación como  la institución que nos apoyó. Nos hizo ver que la televisión, como espacio estético, puede cumplir una función y que hay una parte de televidentes que están interesados en esos formatos y son sensibles a estas manifestaciones.

Creo que, con el tiempo, este tipo de experimentos serán más difíciles de llevar a cabo en la televisión abierta. El espacio natural de estos experimentos es la Red: hay un acceso inmediato al medio, no hay que hacer antesalas, no hay que esperar liberación de recursos, autorizaciones, etc. Y al fin y al cabo, la audiencia es mayor, con el tiempo, y diseminada a lo largo de todo el planeta.

En este tipo de proyectos experimentales hay que mediar entre los formatos de televisión y los resultados más libres que salen de la experimentación, cosa que es bastante difícil de implementar por lo que representa en si la televisión: es un medio serio, viejo, que poco ha cambiado en cuanto a la estructura de su discurso. Esto no sucede en la Red, a través de los múltiples canales de video, en donde la idea del programa acabado,  casi no existe. Son fragmentos de discursos que se proponen al navegante, para que a su vez construya su propio discurso. Es una edición que el usuario hace en línea, según sus preferencias e intereses de ese momento.

 

Las tecnologías de la imagen convergen en la misma pantalla.

Mucho se ha especulado sobre si la televisión está en sus últimos momentos, especialmente en la década actual.  Lo que ha sucedido a lo largo de su historia, es que se ha reconfigurado, como lo ha hecho todo medio en su tiempo, para adaptarse ahora a la era de la digitalización de la información.  

El tema del control del estado sobre los contenidos transmitidos por la televisión, ha sido un motivo de muchas reflexiones. Es muy difícil tener el mismo control que se tiene sobre la televisión,  sobre lo que se muestra en la Red. Por eso mismo es que la televisión no es un reflejo de la pluralidad de pensamientos, como lo puede ser actualmente lo que encontramos en Internet.

En las estadísticas sobre las condiciones de vida de la población, uno de los indicadores determinantes fue el hecho de que si la familia contaba o no con televisión. Como si esto fuera determinante, y tal vez lo era en esos momentos, para inferir si la familia tenía o no una visión diferente del mundo, como si las paredes del hogar se expandieran y abarcaran el planeta entero. Ahora esta visión universal, esta oportunidad de crecimiento, de saberlo todo, sólo es posible conectándose a la Red.

Ahora más que nunca, el término de pantalla electrónica (que intencionalmente no he usado hasta ahora en este texto), designa para mi esta convergencia de los medios digitales, teléfono, televisión, cámara de fotos y de video, bitácora, herramientas muy diversas, nuestra historia, que nos acompaña todo el día, y que nos permite estar en todas partes, saberlo todo, estar conectados con ese universo de imágenes y de ideas.

La televisión enfrentará en esta década grandes retos: el principal será seguir captando la atención de la población. ¿Se integrará en forma más consistente con las redes? ¿Se fusionará con Internet para formar una nueva "gran" solución integrada? Creo que ya se están dando los primeros pasos en este sentido.

La industria del entretenimiento contempla nuevas posibilidades para llegar al público: los materiales producidos para la gran pantalla, pasan a los canales, a los centros de alquiler o venta a través de la red. Los nuevos dispositivos de BlueRay y de televisión contemplan la conexión a Internet para descargar películas de renta o de la Red. Las pantallas cada vez tienen un tamaño mayor y mejor resolución. Tienen la posibilidad de mostrar imágenes estereoscópicas. Cada vez son más inmersivas.

Al incluir en nuestras pantallas televisivas las imágenes provenientes de la Red, estamos hablando de una "televisión expandida", que es un reflejo más cercano a la realidad del mundo y de la actividad humana, del pensamiento global, es algo que la televisión tradicional jamás nos podría dar.

¿Llegarán a ser las paredes de nuestras casas pantallas, que nos permitan visualizar una parte de este universo de imágenes en movimiento que nos rodea? ¿O llegará el mundo a ser una gigantesca pantalla de televisión? Tal vez ya lo es.

 

 

Andrea Di Castro / Febrero de 2012.



[1]. Borges, Jorge Luis "El Hacedor, Museo", 1960. Hace referencia a Suárez Miranda: Viajes de varones prudentes, Libro Cuarto, cap. XLV, Lérida 1658.

[2] Mitchell, William J., City of  Bits: Space, Place and the Infobah,  MIT Press, 1996.

[3] http://searchenginewatch.com/article/2073962/New-YouTube-Statistics-48-Hours-of-Video-Uploaded-Per-Minute-3-Billion-Views-Per-Day.

[4] Es decir que cada persona le dedica a la TV más de la mitad del tiempo empleado en el trabajo, semanalmente. Fuente : http://www.nationmaster.com/graph/med_tel_vie-media-television-viewing

[5] http://www.comscoredatamine.com/2011/01/average-time-spent-online-per-u-s-visitor-in-2010/

[6] Baste pensar que las primeras películas estereoscópicas se dan alrededor de 1915 y las pantallas de televisión estereoscópicas son realidad apenas en nuestros días, casi 100 años después.

[7] El cinescopio (tubo de rayos catódicos) inventado por Ferdinand Braun en 1897, fue el soporte de las imágenes de televisión hasta la década pasada.

[8] Colombo, Furio, "Televisión: La realidad como espectáculo", Colección Punto y Línea, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1976.

[9]  http://www.nasa.gov/multimedia/hd/apollo11.html

[10] Es interesante notar que esto ocurre 67 años después de la película de George Méliès, Viaje a la Luna.

[11] http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/fmb/foromex/minima.htm

[12]  Di Castro, Andrea, "Art and New Technology in Mexico", Leonardo, Vol. 39, Number 4, MIT Press, 2006  .

[13] http://www.cisco.com/en/US/solutions/ns341/ns525/ns537/ns705/ns1120/CCWTR-Chapter1-Report.pdf

[14] Bonet, Eugeni, Alter-video, En Torno al Video, p 113, Colección Punto y Línea, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1980  .

[15] Kranz,Stewart , en "Science & Technology  in the Arts", p 187-192, Van Nostrand Reinhold Company, New York, 1974 .

[16] El video del proyecto de la serie está en: http://www.youtube.com/watch?v=33bDPzMJcbs